Nuestra misión
Embalaje sostenible, evitando residuos plásticos
En la ropa, juguetes, envases... los plásticos están por todas partes. Debido a que se pueden usar de muchas formas diferentes, son muy económicos. También son increíblemente duraderos (precisamente esta propiedad los convierte en un problema). Cualquiera que investigue sobre este tema se encontrará con imágenes impactantes: islas gigantes de plástico flotando en los océanos, peces que comen microplásticos, tortugas estranguladas o aves muriendo en agonía. Pero ahí sólo se ve lo que flota en la superficie.
La plaga del plástico: Números, hechos y más
Incluso los tatara-nietos de las tortugas marinas que viven hoy en día se enredan en las anillas de plástico que actualmente se producen para las bebidas.
Cada año hay más de 30.000 toneladas de mallas de plástico en circulación en la Unión Europea. Si se pusiese en una línea, podríamos dar la vuelta a la Tierra 7 veces.
Los plásticos permanecen en el mar hasta 450 años. Ese es el mismo tiempo que ha pasado desde que nació William Shakespeare.
100 millones de toneladas de plástico flotan ya en nuestros océanos. Sin embargo, el suelo y las aguas interiores están, en promedio, 13 veces más contaminados que el mar.
El plástico se compone en un 99% de combustibles fósiles. El CO² se emite tanto cuando se extrae petróleo, gas y carbón, como cuando se queman, con efectos devastadores para el medio ambiente.
En toda Alemania, alrededor del 15 % de todos los desechos plásticos se reciclan. Alemania es también el tercer mayor proveedor de residuos plásticos de Asia.
¿Se está extendiendo la plaga?
En los últimos 70 años se han producido en todo el mundo 8.300 millones de toneladas de plástico.
E incluso hasta el día de hoy, estos residuos no se han descompuesto de ninguna manera. De hecho, cada vez hay más, en gran parte por los envases.
Ya es un poco tarde para pensar en un mundo libre de plásticos. Todo lo que podemos hacer es asegurarnos de que nuestros hijos no se ahoguen en un mar de plástico.
El resto...
... contamina el medio ambiente.
Por ejemplo, si tiramos envases al bosque mientras hacemos senderismo, el plástico se descompone en micropartículas que se filtran en nuestra agua potable.
… se quema y contamina el medio ambiente.
Si tiramos los envases a la basura general (sin reciclar), éstos serán incinerados. Esto hace que se generen contaminantes peligrosos como el cloro, monóxido de carbono, CO² y benceno.
… se exporta y contamina el medio ambiente.
Si reciclamos los envases (contenedor amarillo), irán a parar al centro de reciclaje. Después se envían a Asia (principalmente a Malasia) y se arrojan allí, a menudo de forma ilegal.
El polipropileno, polietileno y demás derivados no sólo acaban en el mar, sino que también están presentes en nuestro organismo. En 2018, investigadores de Austria detectaron por primera vez microplásticos en muestras de heces humanas en un estudio piloto. Ciertas sustancias que contienen dañan el sistema inmunitario, el hígado o los riñones; algunas incluso causan cáncer.
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